En silencio, Mercedes (nombre protegido), de 52 años, pasa un hilo verde a través de una aguja y, con la habilidad de sus manos, cose el canutillo que faltaba a lo que sería la barriga de uno de los tres muñecos de nieve –previamente elaborados con pañolencia blanca y roja– que adornan un cuadro navideño.