En un desierto vivo yo, rodeado de terrenos abandonados, escasos de diseños urbanos modernos; sobre un suelo arenoso y húmedo, triste y monótono, desnudo e inerte. La basura, la mugre, el polvo y los desperdicios decoran este deprimente escenario perfumado de pozos sépticos malolientes, de aguas servidas que desembocan en zanjas abiertas.
Vivo en el barrio Carolina de la parroquia José Luis Tamayo del cantón Salinas, provincia de Santa Elena, donde el cielo es blanco de día y nublado en la noche. Sin embargo, incluso aquí, en este mundo humano hecho a medida, construido por nosotros y para nosotros, incluso en este desierto de barrio viven animales; viven entre nosotros, bajo nosotros, son nuestros vecinos, nuestros amigos y enemigos. Los vemos casi cada día, pero no los observamos, viven en nuestras casas. Cucarachas y arañas son artrópodos muy comunes en mi barrio. Pero hay muchos más animales por aquí, también hay vertebrados como palomas, cucubes, garrapateros, pericos, palomas tierreras; y ratas, ratones, gatos, murciélagos, salamanquesas.
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La verdad es que vivimos 30 años de abandono, sin un desarrollo urbano productivo, con un alcantarillado inconcluso desde el año 2009 en que empezó su construcción, por lo cual la administración municipal actual está pagando 15.000 dólares mensuales por los préstamos adquiridos para esta obra, las calles sin asfalto; solo una avenida está asfaltada (aproximadamente 800 metros lineales) cuya obra será entregada el 22 de diciembre de este año 2011, la cual solo será un desierto de asfalto porque no contamos con aceras, ni aéreas recreativas ni sociales. Solo contamos con nuestro esfuerzo y deseo de ver convertido al barrio Carolina en un barrio moderno y desarrollado; en un barrio cultural, residencial y turístico, con avenidas y calles con un diseño paisajístico moderno que impacte.
Con esta administración municipal o con la que venga en las próximas elecciones, no podemos seguir esperando más años de abandono. Afirmo esto porque lo puedo probar, ¡porque yo vivo aquí!
Miguel Ángel Benavides Segovia,
licenciado en administración de turismo, Salinas, Santa Elena