Para los viajeros frecuentes a los balnearios de las provincias de Guayas y Santa Elena, resulta de mucha comodidad la implementación de los pasos laterales en Cerecita y Progreso, ya que permiten un tránsito fluido y rápido de los vehículos que hacia allá se dirigen. Igual situación ocurre para quienes viajan desde Guayaquil a los destinos en la provincia de Los Ríos, con el paso lateral de Yaguachi y el paso lateral de Babahoyo, que propician que quienes quieren hacer el viaje directo lo hagan sin entrar obligadamente a poblaciones que no están en su itinerario. Es decir, este tipo de vías alternas evitan al viajero pérdidas de tiempo y recorridos innecesarios, haciendo que lleguen a sus destinos en menor tiempo y con menor desgaste de gasolina y del vehículo. Sin embargo, es inexplicable que no se construya el paso lateral de Alfredo Baquerizo Moreno, Jujan, población que constituye un tapón a la fluidez vehicular entre Durán y Babahoyo (léase Costa y Sierra), y es causa diaria de los fastidiosos embotellamientos y los tediosos retrasos para miles de viajeros obligados de esa ruta; debido a lo estrecho de la vía que cruza por en medio de la ciudad, y a los numerosos cortejos fúnebres o procesiones que se realizan en la carretera que entra y sale desde allí.
Es de desear, entonces, que se tome en cuenta esta anomalía y se planifique y ejecute en corto plazo ese paso lateral tan necesario para el normal tráfico de carga y pasajeros que se moviliza diariamente entre Costa y Sierra, y se embotella pavorosamente en ese sector.
Teófilo Villón Barros,
Guayaquil