La colombiana Luz María Sierra habla sobre los riesgos de ejercer el periodismo en un país con alto nivel de violencia y que aún afronta el narcotráfico.

¿Qué lecciones le deja haber ejercido en un país marcado por la violencia debido al narcotráfico?
Una muy importante es que el periodismo nunca debe retroceder ante estos grandes poderes. En Colombia mataron a muchos periodistas los narcotraficantes. A pesar de eso, los directores de los medios decidieron publicar e investigar; los narcotraficantes ya no podían atacar a un medio en particular.

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¿Se podía y se puede hacer periodismo de investigación en esas condiciones?
Muchos murieron en ese intento de hacer periodismo de investigación. Colombia tenía unos índices de asesinatos muy altos. El hecho de que todos los medios se juntaran (para investigar y publicar los mismos casos) hizo que la Fiscalía se moviera. Pero lo que es el narcotráfico, en su momento, lo hicieron muchos y muy bien, publicaron libros, por ejemplo.

¿Cómo cambió el ambiente con el aumento de seguridad que se aplicó en el gobierno de Álvaro Uribe?
Creo que los índices de agresiones a los periodistas y muertes bajaron, pero en algunas regiones del país donde se ha matado a dos o cuatro ya nadie se atreve a hacer periodismo porque son zonas donde la guerrilla y los paramilitares imponen la ley del más fuerte, y entonces no es tan fácil que el periodismo pueda actuar libremente. Pero en términos generales sí mejoró.

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¿Alguna vez se autoimpuso límites en el oficio?
Uno aprende a ser muy cuidadoso. En la época de Pablo Escobar (narcotraficante) todos los que se oponían o hablaban de él terminaban mal, y en la época de los paramilitares se imponían autocensura.

¿Cree que no haber difundido determinada información, debido a esa autocensura, afectó al sistema democrático colombiano?
Los medios de Bogotá no informamos a tiempo lo que estaba ocurriendo en las regiones por el paramilitarismo. Era muy difícil. Creo que la seguridad de un país no está en manos de los periodistas, entonces los periodistas no somos los que vamos a garantizar que no se dé el fenómeno de la violencia.

¿Cuál es el aporte del periodismo en estas condiciones de violencia?
Creo que el periodismo contribuye a lanzar alertas, a ser ese contrapoder de los que abusan del poder. Pero cuando los que abusan del poder son agentes armados, que no tienen escrúpulos, que matan a muchos de tus colegas, llega un punto en que los héroes no sirven. Entonces el Estado es el que tiene que garantizar la seguridad, no un periodista. Es muy importante denunciar, pero hay circunstancias en que no sirve la denuncia porque te matan.

¿Entonces hasta dónde llega el periodismo?
La denuncia cuando no sea inútil, es decir, si vas a publicar algo que no sea tan importante y eso va a costarte la vida, tienes que ver qué tipo de denuncia vas a hacer y cómo la haces. Tienes que buscar alianzas con organismos internacionales, con otros medios, de manera que esta denuncia sí tenga un efecto. Hay que ir más allá, hay que ser más inteligente.