Una vez más llegamos contentos, alegres, entusiastas. Gritamos todos los noventa minutos y seguimos empavonados con el más parejo Clásico del mundo. En ningún país trabaja exacto la paridad nacional de los clásicos. En ninguno.
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Una vez más llegamos contentos, alegres, entusiastas. Gritamos todos los noventa minutos y seguimos empavonados con el más parejo Clásico del mundo. En ningún país trabaja exacto la paridad nacional de los clásicos. En ninguno.
Una vez más llegamos contentos, alegres, entusiastas. Gritamos todos los noventa minutos y seguimos empavonados con el más parejo Clásico del mundo. En ningún país trabaja exacto la paridad nacional de los clásicos. En ninguno.
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No es aventurado suponer que pueda producirse un distanciamiento e incluso una ruptura...
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