AFP
SANTIAGO.- Decenas de miles de personas protestaron por quinta vez en menos de dos meses en Santiago para exigir una mejor educación pública, en una manifestación que aunque esta vez fue autorizada por el gobierno volvió a derivar en incidentes con la Policía.
La multitudinaria marcha - entre 60.000 a 100.000 personas según cálculos de la Policía y de los organizadores-, reunió en Santiago a estudiantes, profesores, padres y trabajadores de otros gremios, como el de la industria del cobre, y empleados públicos. Otras ciudades como Valparaíso y Concepción se unieron a la protesta.
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Vestidos con sus uniformes, portando pancartas en las que señalaron que "la educación se está muriendo de hambre", disfrazados y otros bailando, los manifestantes caminaron varios kilómetros por la céntrica avenida Alameda y calles aledañas para desembocar en la céntrica Plaza Almagro.
"Yo marcho porque tengo dos hijos y no me alcanza, ellos van a terminar endeudados por muchos años y yo no quiero eso para ellos. Le pido al presidente que se ponga la mano al corazón y entienda a la gente que ya no puede pagar los créditos", dijo Graciela Hernández, una de las manifestantes.
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La marcha se inició en las afueras de la Universidad de Santiago (al oeste de la ciudad) y avanzó por varias cuadras de la avenida Alameda, la principal arteria del centro de Santiago, pero se desvió hacia el sur antes de pasar por el frente de la casa de Gobierno.
Vecinos de casas aledañas al recorrido acompañaron a los estudiantes con cacerolazos y tirándoles agua para refrescarles, en un caluroso día de primavera en Santiago.
El tono pacífico cambió casi al final de la manifestación, cuando un grupo de encapuchados se enfrentó con piedras y palos con agentes policiales sobre el céntrico Paseo Bulnes, a escasos metros del palacio presidencial de La Moneda. Igualmente se vieron escenas de vandalismo en que encapuchados arremetieron contra semáforos o señales de tránsito.
Agentes de fuerzas especiales dispersaron a los manifestantes con chorros de agua y gases lacrimógenos. En medio de las revueltas se registró el incendio de un automóvil y el apedreo de edificios.
Las convocatorias estudiantiles han sido las más masivas desde el retorno a la democracia en Chile en 1990, luego de los 17 años de dictadura de Augusto Pinochet, cuyo régimen redujo a menos de la mitad el aporte público a la educación y promovió su privatización.
En respuesta a las protestas el gobierno ha hecho dos propuestas: primero, un Gran Acuerdo Nacional de Educación (Gane) y luego un programa de 21 puntos, proposiciones han sido calificadas de "insuficientes" por los estudiantes, que exigen educación universitaria gratuita para quienes no puedan pagarla, que el Estado se responsabilice de la calidad de la educación y que las universidades privadas no tengan ganancias.
Para la tarde de este martes los dirigentes estudiantiles convocaron de nuevo a los chilenos a un "cacerolazo" en apoyo a sus demandas, una protesta típica de época de la dictadura de Pinochet que se reedita dos décadas después del fin de su régimen.
Debido a los disturbios, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, llamó este martes a "reflexionar" a los dirigentes estudiantiles y al colegio de profesores para acabar con las marchas.
"Cuando uno convoca a una marcha tiene que hacerse responsable de que va a ser pacífica (...) los resultados de hoy deben llamar a reflexión al país entero, y especialmente a los dirigentes estudiantiles y al colegio de profesores (sobre) hasta qué punto las marchas están siendo dañinas para nuestra convivencia social", dijo Hinzpeter.
Al menos 300 detenidos a nivel nacional, 39 heridos y varios millones de pesos en pérdida en la propiedad pública y privada fue el balance oficial tras las manifestaciones estudiantiles, informó esta noche el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla.