AP
BUENOS AIRES, Argentina.- Trabajo y generosidad. Nada de cambiar las cosas de cuajo. Eso es lo que prometió este sábado Alejandro Sabella al desembarcar como sucesor de Sergio Batista en una selección de Argentina muy alicaída y que en dos meses se verá envuelta en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2014.
Cultor del bajo perfil y trabajador infatigable, Sabella, de 56 años, deberá reflotar al equipo de Lionel Messi del desconcierto en el que quedó sumido tras su tempranera eliminación en casa de la reciente Copa América que ganó Uruguay.
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A pesar de todo, Sabella prometió mantener la base del plantel Batista, a quien la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) decidió rescindirle el contrato que vencía en 2013.
"En líneas generales hay una base de la selección, puede haber variantes, pero no muchas", dijo Sabella en una reunión de prensa en la sede del seleccionado argentino en la vecina ciudad de Ezeiza, en la que no estuvo el presidente de la AFA, Julio Grondona, presente en otras similares situaciones.
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"Hay una cosa que está por encima de todos y lo tienen que entender los jugadores: la selección", agregó.
Apodado "Pachorra" desde su época de jugador, Sabella recién se inició como técnico titular en Estudiantes de La Plata en 2009, año en que ganó la Copa Libertadores. Su segundo y último título fue con ese mismo equipo en 2010 cuando se consagró campeón del torneo Apertura.
"Reconozco que dos años es muy poco tiempo, pero no soy de fijarme plazos sino el día a día", dijo Sabella, ayudante técnico de Daniel Passarella en la selección argentina de 1994 a 1998 y en la uruguaya de 2000 a 2001, además de haberlo acompañado en Parma (Italia), Monterrey (México), Corinthians (Brasil) y River Plate (Argentina).
Sabella dijo que buscará el "equilibrio" no sólo en el fútbol sino "en todos los sentidos. Quiero que los jugadores tengan ese sentido de pertenencia a la selección, que sean parte de un grupo generoso".
Cuando se le preguntó si se imaginaba que con su escasa experiencia algún día llegaría a ser el técnico de la selección, respondió: "No. Creo que una de las cosas más importantes es la verdad. Antes que mentir uno se tiene que callar o no decir nada. Esa es la verdad".
Sabella señaló que de sus jugadores tratará "de explotar sus virtudes y que se disimulen sus defectos".
Rehusó contestar si Messi podría ser el capitán del equipo en lugar de su compañero del Barcelona, Javier Mascherano, y señaló que en su plantel le dará prioridad a la experiencia, a la que consideró vital para las eliminatorias mundialistas.
Por eso, no le cerró las puertas al cerebro de Estudiantes Juan Sebastián Verón, al que Batista jamás lo tuvo en cuenta pero que con Sabella fue la figura de los dos campeonatos que obtuvo con los Pinchas.
Sabella destacó que la semana próxima viajará a Europa para conversar con jugadores, de los cuales no dio nombres, y que estarán en su debut como técnico de Argentina en un amistoso ante Venezuela en Calcuta, India, el 2 de septiembre.
Sabella, al que no le hace falta levantar el tono para que su voz sea escuchada, llega a la selección con los mismos colaboradores que tuvo en Estudiantes: Julián Camino y Claudio Gugnali como asistentes y Pablo Blanco como preparador físico.
Será el tercer técnico de Argentina desde el año pasado, cuando Batista sucedió a Diego Maradona luego de la eliminación en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica.
Maradona, acérrimo enemigo de Batista, le deseó días atrás éxitos a Sabella, un técnico que en su corta carrera dio muestras de trabajar en forma organizada.