AFP
SANTIAGO.- Los estudiantes chilenos desafiaron este jueves a las autoridades y protagonizaron la tercera gran marcha este mes por las calles de Santiago en demanda del fortalecimiento de la educación pública, que volvió a pasar por el palacio de Gobierno pese a una prohibición de las autoridades.
Miles de estudiantes, profesores, padres y niños coparon varias cuadras de la céntrica avenida Alameda, en una festiva y colorida manifestación, que a ratos de asemejó a un gran carnaval y que tal como las otras dos veces derivó en su parte final en incidentes con la Policía.
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Los organizadores cifraron en más de 80.000 el número de asistentes.
A diferencia de las manifestaciones del 14 y 30 de junio, que reunieron a casi cien mil personas, los organizadores no tenían esta vez autorización oficial para pasar frente al palacio de Gobierno, aunque gozaban de un permiso para marchar por otra parte de la Alameda.
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Pero en abierto desafío al Gobierno, los dirigentes de la Confederación de Trabajadores de Chile (Confech) y del Colegio de Profesores convocaron a los manifestantes a reunirse otra vez en la céntrica Plaza Italia y avanzar por la principal avenida del centro de Santiago.
Cuando miles de estudiantes estaban en las afueras del palacio presidencial, se registraron enfrentamientos con la Policía, que usó gases lacrimógenos y chorros de agua para disolver a los manifestantes, que repelieron los ataques con piedras, palos y proyectiles de pintura.
La Policía informó que 32 de sus miembros estaban heridos, dos de gravedad incluyendo un carabinero que recibió el impacto de una bomba incendiaria de tipo Molotov. Además 54 personas fueron detenidas.
La manifestación rebasó el reclamo estudiantil, reuniendo también a obreros, jubilados, ecologistas y otras agrupaciones sociales, que pidieron fortalecer la educación pública, en un país que prevé un crecimiento de más del 6% este año pero donde el Estado tiene un rol secundario en el sistema educativo, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet.
La manifestación fue convocada 10 días después que el presidente Sebastián Piñera propusiera un 'Gran acuerdo Nacional de Educación', que incluye un fondo de 4.000 millones de dólares pero que no plantea una reforma profunda al sistema, tal como anhelan los estudiantes.