AP
ATENAS, Grecia.- La Policía de Grecia desplegó una exhibición de fuerza el miércoles para impedir que miles de manifestantes que protestaban contra las medidas de austeridad impidieran el paso hacia el Parlamento, donde el Gobierno iniciará un debate para la adopción de nuevos recortes impopulares de gasto con la meta de garantizarse préstamos internacionales de rescate.

En momentos en que avanzaba una huelga general de 24 horas, un gran sector del centro de Atenas fue cerrado a todo tipo de tránsito vehicular y de transeúntes pues la policía organizó un enorme dispositivo de seguridad para permitir que los legisladores pudieran llegar al parlamento a bordo de sus automóviles.

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Unos 5.000 policías, entre ellos centenares con equipos antimotines y algunos que patrullaban las calles en motocicletas fueron convocados a trabajar y emplearon autobuses estacionados y barricadas para evitar que los manifestantes rodearan el edificio.

Por lo menos 11.000 manifestantes se congregaron pacíficamente en la Plaza Sintagma, frente al parlamento, según informó la policía.

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Se esperaba que otra manifestación de un sindicato llegue más tarde al mismo lugar más tarde el miércoles.

"Renuncien, renuncien", gritaban los manifestantes afuera del Parlamento. Entre los participantes había personas de todas las edades y muchos llevaron a niños pequeños a quienes cargaron sobre sus hombres para protegerlos de la multitud.

Algunas de estas manifestaciones se habían tornado violentas en el pasado y tres oficinistas fallecieron cuando manifestantes incendiaron el banco donde trabajaban en una manifestación masiva en Atenas en mayo pasado. Sin embargo, en esta ocasión no hubo acciones de violencia.

"¿Qué podemos hacer? Tenemos que luchar por nuestros hijos y por nosotros", señaló Dimitra Nteli, una enfermera de un hospital estatal que asistió a la marcha con su hija.

"Después de 25 años de trabajo, gano 1.100 euros al mes y ahora lo bajarán a 900, ¿Cómo voy a vivir con eso?", agregó.

La huelga de 24 horas que fue convocada para protestar contra las medidas de austeridad y convocada el miércoles por los principales sindicatos del país afectaron los servicios públicos.

Entre las medidas que intenta aplicar el gobierno del primer ministro George Papandreou se contemplan recortes de último minuto y que se extenderían hasta después que haya concluido su mandato.

El gobierno necesita aprobar un nuevo programa de austeridad para el trienio del 2012 al 2015 y que tendría un valor de 28.000 millones de euros (40.500 millones de dólares) en este mes, o enfrentarán la posibilidad de ya no contar con un paquete de préstamos de financiamiento por 110.000 millones de euros (159.000 millones de dólares) de manos de países europeos del Fondo Monetario Internacional.

Para poder cumplir con esos compromisos, el partido Socialista de Papandreou renunció a una promesa de no imponer nuevos impuestos y preparó un programa de privatizaciones de cuatro años, valuados en 50.000 millones de euros (72.000 millones de dólares) lo que generó nuevas protestas contra esas medidas de austeridad por parte de empleados de servicios públicos y de otros grupos afectados por las medidas.