Momtar a caballo es ahora una terapia física y mental para rehabilitar personas con capacidades especiales. De esto se trata el nuevo proyecto que emprende el nuevo Centro de Equinoterapia (ubicado en el Royal Club, km 10,5 de la vía a Samborondón, camino a la cabecera cantonal), inaugurado el miércoles 1 de junio por la Prefectura del Guayas.
“Niños y jóvenes van a recuperar esas alas para volar otra vez. Aquí van a recibir atención especializada”, opina el prefecto Jimmy Jairala en la apertura del centro.
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La idea surgió hace un año. Ahora el centro luce como un hipódromo y atenderá gratuitamente a niños con capacidades especiales. Suiza fue el primer país en implementar esta técnica formalmente en 1965.
La terapia se dirige a tres áreas. La hipoterapia, para personas con capacidades especiales a nivel físico; monta terapeútica, trastornos psicológicos e intelectuales y equitación, que permite la competencia de chicos con capacidades especiales.
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El centro también cuenta con espacios para fisiatría, estimulación temprana, psicología y medicina general. Se dictarán charlas a familiares para que puedan continuar con la rehabilitación de los menores en casa. Y en las siguientes etapas también habrá espacios para hidroterapia, con piscina y hortiterapia, que induce a los niños a hacer tareas del campo.
“El instrumento terapéutico es el caballo. Vamos a ayudar a la rehabilitación de los niños, en ocupar las partes que no han sido lesionadas”, comenta la directora del centro, Cecilia Hidalgo.
Ella explica que la equinoterapia se realizará una vez por semana, y luego de seis meses se ven los primeros resultados.
“El niño, no necesariamente, debe subirse al caballo. Primero tiene que empezar una empatía entre él, el caballo y el terapeuta”, señala.
Uno de los casos admirables del centro es el de Jorge Bravo, un joven de 26 años y amante de los caballos. Hace seis años quedó cuadrapléjico y mudo después de sufrir un accidente de tránsito.
“Nosotros, quienes tenemos discapacidad, somos muy marginados por las personas que son normales, pero ellos no se acuerdan que nosotros también tenemos corazón y sentimiento como cualquier persona normal”, dijo Jorge en un discurso que ofreció.
Para Dalinda Saltos, madre de Jorge, la equinoterapia es un apoyo milagroso. “Ha sido de gran fortaleza. Él no se sentaba, no se valía por sí solo”. Agrega que en las primeras terapias, Jorge no podía montar porque perdía el equilibrio. Ahora ha recobrado movilidad y él habla por las sesiones de hipoterapia que practica desde hace cinco años.
“La meta es que mi hijo camine, incluso intenta dar sus primeros pasos. Las personas con capacidades especiales también son seres humanos”, asegura.
Yaritza Gutiérrez es otro ejemplo de superación. Tiene síndrome de Down pero será la representante de la Prefectura en una competencia ecuestre para chicos especiales.
Indira Solórzano, quien ejerce como psicoterapeuta desde hace cinco años, dice que según la patología del menor se define el tipo de tratamiento. “Se hacen ejercicios de gimnasio y a nivel emocional”.
Primero el niño toca el equino, luego lo monta, según la reacción del niño se realiza la actividad. “En caso de que el menor se asuste se hace el trabajo desde tierra. Siempre habrá una manera de involucrar al niño con el caballo”. Mientras está encima del animal, se inicia la terapia del lenguaje y los ejercicios psicomotrices.
Cabalgando
La siguiente etapa, asegura el Prefecto, será la consecución de dos vehículos para trasladar a los niños. “Hay niños que viven lejos y deben ser en vehículos adecuados”. Por el momento, las terapias se realizan con siete caballos y 20 profesionales, entre instructores y médicos. Inicialmente, trabajarán con 150 pacientes, pero en un mes esperan cubrir a la totalidad de 600 inscritos. El proyecto tuvo un costo de 180 mil dólares.
“Vamos a aprovechar ese potencial del niño para que pueda insertarse en la sociedad y familia”.
Cecilia Hidalgo
Directora del Centro de Equinoterapia.