La tristeza que consume a Gladis Jiménez, de 26 años, es evidente. Su rostro luce cansado, su mirada a veces se pierde y su hablar es muy pausado.
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La tristeza que consume a Gladis Jiménez, de 26 años, es evidente. Su rostro luce cansado, su mirada a veces se pierde y su hablar es muy pausado.
La tristeza que consume a Gladis Jiménez, de 26 años, es evidente. Su rostro luce cansado, su mirada a veces se pierde y su hablar es muy pausado.
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