Las lluvias se generalizan y sus efectos se sienten en la Costa, Sierra y Oriente. El río Tenguel, en la parroquia del mismo nombre se desbordó ayer e inundó el barrio Virgen del Cisne y sus alrededores, y hasta la tarde de ayer el agua no bajó su nivel.
En el recinto Esperanza del Carmen, en la entrada de Tenguel, varias viviendas se anegaron y moradores pedían auxilio para sacar sus enseres. Dos familias fueron evacuadas hasta la casa comunal y el resto seguía en sus domicilios. Las aguas se llevaron parte de un muro.
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En Portoviejo y Ambato, los ríos de donde se abastecen las plantas potabilizadoras tenían demasiada turbiedad, lo que impidió procesarla y obligó a suspender el servicio.
En la capital manabita ocurrió por la subida del cauce del río Portoviejo, que arrastró lodo y generó una gran cantidad de palizada. Eso no permitió potabilizarla en la planta Cuatro Esquinas. Por ello hubo agua para la población solo de 04:00 y 07:00 y con poca presión. Esto afectó a más de 150 mil usuarios de la zona urbana.
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En Ambato, como algo sorprendente calificó Jorge Canseco, jefe de la planta potabilizadora Tilulum, el aumento del caudal del río Alajula, que superó un metro, lo que afectó al muro de contención del sector hasta contaminar el líquido de una de las diez vertientes. Se cortó el servicio al centro de la ciudad y parte de Ficoa.
En Paute (Azuay), la crecida del río del mismo nombre socava las bases del puente que conecta al poblado Uzhupud con Gualaceo.
Este cantón sufrió una seria inundación el domingo pasado por el desbordamiento del río Santa Bárbara, que arrasó con cultivos, cuyes y gallinas. Obligó a evacuar a unas 80 familias. Ayer había bajado el nivel del agua. El domingo, la correntada sorprendió a los habitantes de esa ciudad y del vecino cantón Guachapala, donde un hombre desapareció arrastrado por la corriente.
A estos problemas se suman las inundaciones y deslaves en otras zonas de la Sierra y en el Oriente. En la ciudad amazónica de Tena, un derrumbe arrasó una casa en el sitio Tereré. El río Pano también está crecido y hay inquietud de que llegue a desbordarse y dañe más casas.
Pero en medio de las lluvias intensas, un arco iris tiñó el cielo de Babahoyo al mediodía de ayer, en instantes en que el ministro (e) de Agricultura, Miguel Carvajal, participaba de un acto de ayuda a campesinos que perdieron sus cultivos. En esta ciudad realizó una entrega simbólica de moledoras y otros utensilios para el agro.
El discurso político del funcionario y la espera de dos horas irritaron a campesinos. “No pensarán que esto es por la campaña y no faltará alguien que diga que es por la campaña. Son las actividades sociales que hace este Ministerio”, manifestó Carvajal.
Félix Castro, presidente de la Asociación de Ganaderos 22 de Septiembre, del recinto Macul, del cantón Vinces, una vez que terminó el acto comentó enojado: “Nos trajeron a soportar sol y aguantar hambre, perdimos un día de trabajo, tiempo, dinero y por último nos vamos con las manos vacías”.