Qué lastima que el Presidente quiera invertir su tiempo en afanes persecutorios que han quedado demostrado que la opinión pública rechaza, y que solo demuestran no querer aceptar los errores cometidos.

No es aceptable que se diga que porque se le consulta al pueblo varias veces, se tenga la razón en todo; de hecho, Benito Mussollini lo consultó varias veces pero desembocó en su afán de concentrar más poder de forma arbitraria y negativa. ¿Será que es difícil aprender de los errores ajenos? La libertad no puede ser conculcada bajo ningún concepto, y el insulto o la descalificación, lejos de ayudar, lo que hacen es que se empequeñezca cada vez más ante nuestros ojos.

Preocúpese de temas trascendentales como inseguridad, desempleo, salud, que son el talón de Aquiles de este Gobierno que ya cumplió cuatro años –incluso con mayoría en la Asamblea y recursos que pocos gobiernos han tenido– y no hay progresos significativos, sino el perseguir o culpar a los medios por cumplir con su tarea de informar al ciudadano, y a su vez son ventanas para que el ciudadano denuncie anomalías en cualquier ámbito. Ecuador es un país al que le ha gustado vivir en paz sin temores de que si se expresa algo, seamos perseguidos. No pretendan emular a jefes de Estado que son comedia de América Latina por manejar sus países cual si fueran sus haciendas. Nosotros no queremos eso para nosotros ni para nuestros hijos; pero sí, libertad sin miedo.

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Katherine Tomsich,
Guayaquil