El problema del robo de celulares se puede solucionar de la siguiente manera: en las ferias libres, locales comerciales, cachinerías o como se quiera llamar a los sitios donde expenden objetos usados (o robados), no debe permitirse la venta de esos teléfonos bajo ningún pretexto o justificación.
A la persona o local que se encuentre en este negocio (de venta de celulares robados) debe incautársele toda su “mercadería” y cobrarle multa por cada uno de estos objetos por primera vez; a la segunda ocasión, que se le imponga doble de multa con prisión por un corto tiempo; a la tercera vez, una multa elevada y prisión un año por lo menos, sin ninguna contemplación ni chance de apelación.
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Julio Lipnar Wong Kuonqui,
Guayaquil