Emelec fue a Chiapas, en el sureste de México, a jugar contra Jaguares y perdió 2-1 en la Copa Libertadores. Pero no así nomás.
Perdió porque allá, como acá, hay árbitros que pitan penales inexistentes. Y descontroló al equipo. No fue un buen bombillo, le faltó gente, pero por lo menos mereció el empate, lo que hace suponer que aquí, en Guayaquil, puede asegurar un triunfo ante los mexicanos.
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Sin Eduardo Morante, Marcelo Fleitas ni David Quiroz, se resiente el equipo. Y es como estarse suicidando si agregamos otras ‘ausencias’ que, pese a estar en la cancha, es como si no jugaran. Si no pregúntenle a Eial Strahman y Leandro Torres por qué no jugaron. Eso es dar mucha ventaja.
Hay gente que reclama cuando no es alineado Torres y cuando juega hay gente que pide que lo saquen porque no se lo siente en el terreno. En el partido contra los felinos de Chiapas, en el primer tiempo andaba como escondido, como asustado. Ya en la segunda etapa se mostró un poco más y fue sustituido. Strahman, ¿cuántas pelotas jugó? Muy pocas, un solo tiro al gol de zurda y punto.
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Algo que está cambiando en el fútbol contemporáneo y los delanteros postes son una raza en extinción. Ahora, y siempre, ocurría que los delanteros altos se mostraban para el desequilibrio a favor de algún rápido compañero. En esa línea está Christian Menéndez, pero al catiro tienen que ponerle un rápido colega de ataque. Cualquier chico sub-20 millonario está en condiciones de acompañar y desequilibrar con Facebook. Observen un detalle, en mis columnas difícilmente emito conceptos negativos sobre jugadores, pero estos sencillos análisis deben ser tomados como una humilde opinión.
Otra cosa. Me alegro que Fernando Giménez entre jugando en ese puesto (carrillero por la izquierda) porque tiene garra, sorpresa y ataque; vuelve a ser el del año pasado. Muy bien Ángel Mena, muy bien Pedro Quiñónez; Gabriel Achiller cada vez juega mejor y es un monumento a la entrega. Carlos y José Luis Quiñónez, hasta que se lesionó bastante bien.
¿Quién me falta? Édison Méndez. Como siempre es un sabio jugador, pero tienen que ponerle gente rápida y precisa para aprovechar sus diagonales. El día que Méndez juegue un poco más suelto estará mejor en su salsa.
Sí, Emelec no merecía perder. Hay que pujar porque todos estén completos y hagan un buen partido contra los mismos jaguares el próximo miércoles.
Barcelona, ¡qué bien! Mejoró extensiblemente contra Espoli. En mi artículo anterior puse de ejemplo una calificación y esta vez llegó a 8. ¿Por qué no 10 puntos? Primero, porque jugaron con Espoli, el último de la tabla y el más goleado; segundo porque ni Rodrigo Teixeira ni Iván Borghello metieron goles, pero en cambio se nota un mejor ensamble de tipo general.
Pero observen los cambios abruptos. Contra Liga de Loja los toreros estuvieron muy lejos de su nivel anterior. Si contra Espoli, el domingo anterior mereció 8, el miércoles en Loja bajó a 5 puntos.
Rubén Insúa justifica que jugar miércoles (Emelec), domingo (Espoli) y luego ante los lojanos es desgastante. De acuerdo, pero un equipo que tiene aspiraciones de meterse entre los cuatro primeros debe contemplar esas contingencias. Qué pena. Mañana, contra Deportivo Quito se juega lo que Hamlet dijo en su famoso monólogo; “Ser o no ser, ese es el dilema”. ¿Podrá contra el hasta ahora encumbrado equipo chulla, que además viene jugando bien y es el puntero?
Estoy de acuerdo con el Pocho Harb: hay muchos barcelonistas en las calles y muy pocos en su estadio. Reflexiono así: mañana Barcelona se juega algo muy importante, no solo meterse en los cuatro primeros, también mejorar definitivamente su calidad de juego.
Emelec visita mañana a El Nacional. Difícil por la altura, pero en general los eléctricos son mejores, y en el fútbol, ¿quién asegura un resultado?