BBCMUNDO.COM-AGENCIAS
TRÍPOLI.- La mortal represión de la revuelta popular en Libia a manos de mercenarios evidenció, según analistas, la poca confianza que Muamar Gadafi tiene en su Policía y FF.AA., debilitadas en relación con otros cuerpos armados en los que sustenta su poder.
A diferencia de Egipto y Túnez, donde el Ejército tuvo un papel principal en la dimisión de Hosni Mubarak y Zine al Abidine Ben Ali, "Gadafi mantuvo deliberadamente débil al Ejército, pequeño y sin entrenamiento, para evitar un golpe militar", afirma el especialista de la BBC en temas de seguridad, Frank Gardner.
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En la actual revuelta, aunque no se confirma una fractura en las Fuerzas Armadas, parte de la oficialidad "no está ayudando a Gadafi. Algunos de los líderes militares incluso han desaparecido", afirma el escritor y analista libio, Ahmed Rahel.
Dos bombarderos Mirage y sus pilotos, oficiales de alto rango, aterrizaron en Malta mientras que en Bengasi otros dos pilotos se negaron a bombardear la ciudad, se lanzaron en paracaídas y estrellaron su cazabombardero Sujoi.
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Muchos altos miembros del Ejército especialmente en occidente han desaparecido y otros siguen junto a él pero en las sombras por temor, pero en la parte oriental la gran mayoría se ha unido al pueblo.
Sin embargo, de acuerdo con Rahel, el Ejército no es factor clave para la supervivencia del gobierno de Gadafi. "Los grupos militantes que lo protegen a él y a sus hijos son ahora más importantes, como los mercenarios que rodean ahora el lugar donde él está en Trípoli".
Estos mercenarios extranjeros, "bien pagados y despiadados", están dispuestos a matar civiles y desertores del Ejército, algo a lo que muchos oficiales se han negado", por lo que han sido asesinados, dice Gardner.
George Joffe, especialista en Libia del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Cambridge, Gran Bretaña, señala que se trata de "personas llevadas a Libia como parte de la conciencia ideológica del régimen de una más amplia dimensión musulmana".
Al parecer se agrupan en la denominada Legión Islámica, creada en los años 80 por musulmanes provenientes de Sahel, una región al sur del desierto del Sahara que incluye a Mauritania, Senegal, Malí, Argelia, norte de Guinea y Burkina Faso, Níger, norte de Nigeria y Camerún, así como Chad, Sudán y Eritrea.
Citando informaciones de grupos de exiliados libios, la Federación Internacional de Derechos Humanos con sede en París creía que Gadafi estaba apoyándose en hasta 6.000 combatientes extranjeros para aferrarse al poder, 3.000 de ellos en Trípoli.
Incluso La Liga Árabe condenó lo que llama "crímenes contra civiles" y el reclutamiento de mercenarios extranjeros
Se cree que hay liberianos que han luchado para Charles Taylor, el expresidente juzgado por crímenes de guerra en Sierra Leona, rebeldes de Darfur, Sudán, e incluso musulmanes de Bosnia y de otros países de Europa del Este.
Además de la Legión Islámica el régimen libio posee fuerzas que suman unos 119.000 hombres. El ejército y la policía tienen 45.000 efectivos cuya lealtad a Gadafi está cuestionada. Además existen los mukhabarat (servicios de seguridad) y los comités revolucionarios que brutalmente ha sometido a la sociedad libia desde los 80, con una estructura tribal que acepta a Gadafi como su único jefe.
También está el Batallón Disuasivo o Brigada 32, que opera en Ouezzane, cerca de la frontera con Túnez, comandada por Khemis, uno de los hijos de Gadafi, y diseñada para lidiar con revueltas internas.
Abandone el poder
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo ayer que Gadafi ha perdido la legitimidad para gobernar, por lo que debe abandonar su país ahora.
Obama hizo el comentario a la canciller alemana Angela Merkel durante una conversación telefónica privada, en la que ambos abordaron la violencia en Libia.