Kepti Lenin Tinoco
ingeniero, Guayaquil.- Si existiera un premio a la mejor fotografía de prensa, ese lo ganaría, para mi criterio, la que consta en la portada de la primera sección de EL UNIVERSO del día domingo 30 de enero, que titula 'Las invasiones y los desalojos se multiplican en el país'.

Es impactante observar a un niño con ojos llorosos y profunda mirada de preocupación, ira, impotencia, angustia, miedo. Este humilde niño es uno de los miles que a lo largo de todo el país quedará marcado por esta racha de desalojos de invasores, que si bien tienen un matiz de explotación por parte de los avivatos que programan las invasiones, de las cuales han hecho su forma de vida, también tienen un enorme lado humano de familias que han abandonado su suelo natal (en su gran mayoría provienen del campo) para llegar a las ciudades a vivir en los cinturones de miseria y engrosar las filas de los desocupados, de los vendedores informales y muchas veces a formar parte de la delincuencia. Esta lacerante realidad debiera atacársela de raíz, emprendiendo un programa nacional de mejora del nivel de vida de nuestros campesinos, para que prefieran vivir en su terruño y ni siquiera piensen en migrar a las ciudades.

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El Ecuador es un país muy fértil que puede dar mucho en agricultura, avicultura y agroindustria.

Tenemos que fomentar las fuentes de trabajo y seguir el ejemplo de China, no pueden migrar a la ciudad las personas que previamente no han conseguido un trabajo en ella.

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Tenemos que dotar a todas las provincias de hospitales y buenos establecimientos de educación primaria y secundaria, con énfasis en los colegios técnicos, para que nuestros bachilleres puedan ingresar a la fuerza laboral sin obligatoriamente tener que acceder a la universidad. Otra opción muy importante es por supuesto la universidad a distancia.

Por favor, señores gobernantes, el futuro del Ecuador está en el campo, no en la ciudad. Abramos nuestras puertas a la inversión extranjera y creemos al menos 500.000 nuevos empleos, que el pueblo del Ecuador los necesita.

Kepti Lenin Tinoco,
ingeniero, Guayaquil