AFP
SAO PAULO, Brasil.- A 18 años de su irrupción en el mundo del fútbol y desgastado por el paso del tiempo, Ronaldo anunció ayer su retiro definitivo de las canchas, apenas dos días después de la consagración del también atacante Neymar en el torneo Sudamericano sub-20 que se jugó en Perú.
A rey muerto, rey puesto, adelanta el dicho popular, y mucho más en Brasil, una verdadera tienda de milagros donde a nivel de fútbol todo es posible.
Publicidad
Cansado de su largo trajinar por los estadios del mundo y luego de haber ganado todo lo que era posible, Ronaldo admitió que sus piernas no respondían a las órdenes del cerebro y decidió el retiro aun cuando todavía tenía contrato con el popular Corinthians.
"Son los dolores en el cuerpo. La cabeza quiere continuar, pero el cuerpo no aguanta más", dijo el Fenómeno, según declaró a periodistas de la televisión local red Globo, reproducidas ayer por el diario O'Globo.
Publicidad
Bicampeón mundial (1994-2002), dos veces Balón de Oro (1997-2002), máximo goleador en la historia de los mundiales con 15 tantos en cuatro ecuménicos, Ronaldo puso fin entre lágrimas a una carrera extraordinaria signada por graves lesiones que lo llevó entre otras a vestir la casaca del PSV Heindoven (Holanda), el Inter y el AC Milán (Italia), el FC Barcelona y Real Madrid.
Dueño de un pique demoledor al que unía una rara capacidad de enganche, Roni ejemplificó la eficiencia durante años a punto tal que marcó casi 400 goles, 62 de los cuales en la selección auriverde.
Ronaldo dio ayer su adiós definitivo de las canchas y se convirtió automáticamente en leyenda. Quedará en el recuerdo del mundo futbolero, perplejo con las hazañas de un jugador que a los 17 años cuando vestía la casaca de Cruzeiro lucía demasiado alto y con poca masa muscular.
Hoy hay quienes ponen como su sucesor a Neymar, goleador del Sudamericano sub-20.