Dos reservorios plásticos de cinco metros de diámetro y uno de alto figuran como piscinas o estanques para un lobo de mar, una pareja de pingüinos y unas 20 tortugas marinas en el local provisional del acuario Valdivia, en la comuna del mismo nombre, asentada en la Ruta del Spondylus.
El agua salada circula en ambas tinas a través de remiendos de tubos y mangueras; a lo alto, pedazos de plástico dan sombra a esas especies y a esporádicos turistas que recorren el sitio la mañana del 8 de febrero.
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El área también dispone de corrales de caña en los que hay piqueros patas azules y otras aves. Además, peceras y tanques menores que albergan peces y crías de tortugas que se alimentan de pedacitos de calamar proporcionados por la guía Kristel Limones, oriunda de la localidad.
Este acuario fue improvisado entre rústicas cabañas para que su local propio –de cemento– fuera intervenido por el Ministerio de Turismo, que entre septiembre del 2009 y abril del 2010 reestructuró la infraestructura. Levantó piscinas provistas de paredes transparentes y otros cambios para ajustarlo a su concepto de sitio de exhibición de especies marinas.
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El trabajo estuvo listo, pero no acorde a las circunstancias, refiere Luis Reyes, administrador del acuario que además funciona como centro de rescate porque acoge, por ejemplo, a aves heridas o retiradas del cautiverio de particulares.
“Probamos la piscina, filtraba agua; el acrílico (pared transparente) se doblaba porque estaba muy delgado...”, evoca Reyes e indica que por esas fallas la “comunidad” no aceptó la obra.
Actualmente las instalaciones remodeladas permanecen cerradas. No se avisora una nueva intervención aunque el Ministerio y la propia administración del acuario han hecho estudios o al menos indagaciones para determinar las especificaciones técnicas adecuadas.
Este año, el primero hizo dos visitas y según, Reyes, prevé llamar a una nueva licitación.
De parte de la Cartera de Estado no hubo pronunciamiento sobre la situación del acuario, aunque había prometido remitir información a este Diario sobre cómo va el proceso.
En tanto, el estrés por el reducido espacio o las malas instalaciones afectan a las especies que permanecen en el local provisional, advierte Reyes.
Aquello provocó la muerte de tres peces mariposa el jueves pasado, según el administrador, que contó que la lluvia que cayó a la piscina alteró la salinidad del agua. Esto ocurre por la falta de techados apropiados, anotó. La muerte de un delfín por similares circunstancias ocurrió hace tres meses.