Hace cuatro años el gobierno egipcio convocó una consulta para reforzar los poderes del presidente. La victoria del Sí fue contundente. El año pasado el partido oficial repitió su triunfo. Pero hoy, la población en las calles clama vivir en democracia.
No será fácil alcanzar el triunfo. Los regímenes totalitarios siempre se resisten a abandonar el poder, y para eso lo primero que reprimen es la libertad de expresión. El pueblo egipcio, sin embargo, ha encontrado en los nuevos medios (internet, celulares, etcétera) un poderoso instrumento para vencer ese obstáculo.
Hará falta además una oposición madura, demandas razonables y una población consciente de que el fin no justifica los medios. Quizás esto último sea lo más difícil de asegurar, ya que los resentimientos en situaciones así se desbordan, amenazando con reemplazar las tiranías con el caos.