AGENCIAS
MELBOURNE, Australia.- La belga Kim Clijsters aplacó ayer la revolución china, representada por Na Li (3-6, 6-3 y 6-3), a la que privó de la conquista del primer Grand Slam para el tenis asiático en el Abierto de Australia, que se dirigió a su particular cosecha de trascendentales éxitos, el primero al margen del US Open.
Al contrario de lo que ocurrió en la final de Sídney, semanas atrás, cuando la tenista china remontó una clara ventaja de Clijsters, la cancha Rod Laver Arena contempló la resurrección de la estrella de Bélgica, que cedió, no obstante, su primer set en todo el torneo.
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La belga, que había interrumpido dos años su carrera entre el 2007 y 2009, continúa probando que ha vuelto con más fuerza, tras sus victorias en el US Open en el 2009 y en 2010, donde ya se había impuesto en el 2005, y después en el Másters en el 2010. Mañana aparecerá como segunda del ranking mundial femenino; Li ascenderá al séptimo casillero.
La derrota puso fin a la sobresaliente actuación de Li, quien parecía molesta con algunos espectadores chinos en el tercer set y solicitó la intervención del juez de silla. La tenista se quejó después de los destellos de luz de los fotógrafos ubicados en el centro de la cancha.
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De todas maneras, la jugadora china sedujo a los aficionados durante estos quince días, tanto por su estilo ofensivo y eficaz, como por su gran sentido del humor y su temperamento de guerrera.
Tal vez su falta de experiencia en estas lides fue clave para dejar escapar un título que parecía tener a su alcance.