QUITO
.- El guayaquileño, Guillermo Albán, una de las figuras internacionales del mundo taurino, estuvo en la marcha de protesta que efectuaron ayer cientos de personas relacionadas con la tauromaquia y las peleas de gallos, en contra de la anunciada pregunta de la consulta popular, que significaría el fin de estas actividades en el Ecuador.
La pregunta, que señala que "con la finalidad de evitar la muerte de un animal por simple diversión, ¿está usted de acuerdo en prohibir, en su respectiva jurisdicción cantonal, los espectáculos públicos donde se maten animales?, fue catalogada por Albán como "inductiva, tendenciosa y moralmente hipócrita".
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Albán, uno de los ecuatorianos ganadores de la Feria de Quito, evento que se celebra todos los años, a inicios de diciembre, y cuya realización es cuestionada, agregó que aprobar esta pregunta para la consulta "sería un atropello constitucional".
"No queremos una intromisión en el dormitorio para que nos digan cómo actuar hasta en lo mínimo", sostuvo Albán, quien pidió al presidente de la República, Rafael Correa, no dejarse "engatusar" y escuchar sus argumentos.
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La marcha, que partió a las 09:30 de la Plaza de Toros Quito, llegó pasado el mediodía a la Corte Constitucional, donde su presidente, Patricio Pazmiño, con cinco magistrados más recibieron una serie de documentos jurídicos presentados por los manifestantes y con los cuales quieren sustentar la inconstitucionalidad de la pregunta.
Milton Calahorrano, presidente de la Asociación de Toreros del Ecuador, manifestó que más de 90 mil familias que viven directamente del negocio taurino, se verían perjudicadas. "Esta es una tradición, una cultura que vive en nuestro país desde hace más de 500 años y ahora a través de un voto se la quiere erradicar", explicó.
Del mismo modo, Galo Vallas, de la Unión Nacional de Galleros, dijo que en el sector existen 1.500 microempresas dedicadas a esta actividad, por lo que se realizan cerca de 20 mil espectáculos al año.
"La afición gallística está bordeando el millón de ciudadanos. Y de las personas que trabajan de eso, por lo menos son 50 mil", precisó Vallas.
Mientras, Francisco Falconí, un aficionado que se unió a la manifestación, consideró que "se está coartando la libertad, el derecho a escoger lo que uno quiere; eso no es democracia, es dictadura".
Durante el recorrido de la marcha por las principales calles del norte de Quito hubo enfrentamientos verbales entre los manifestantes y detractores de las corridas de toros, aunque también mucha gente se adhirió al grupo que protestaba por la consulta popular.
Entre los asistentes también estuvo Neptalí Caza, el Tortuga, uno de los personajes emblemáticos del mundo taurino quiteño.
Apoyo de concejales
Los concejales de Quito Marco Ponce y Alonso Moreno apoyaron la manifestación y defendieron lo que ellos consideran una actividad cultural.
Vendedores, preocupados
Más de un centenar de vendedores que laboran en las corridas de toros estuvieron en la marcha porque "estamos a punto de quedarnos sin trabajo".