“Algo se muere en el alma cuando un amigo se va. Todas las muertes son lamentables y ninguna reparable; es frecuente encontrar siempre razones para valorar a las personas una vez desaparecidas con virtudes y cualidades que no siempre tuvieron, o que se exagera demasiado….”, expresó Jaime Vinueza Tejedor, rector de la Universidad de Cantabria, en España.