EFE
RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Al menos 237 personas murieron ayer por las lluvias torrenciales en tres municipios de la región montañosa del Estado de Río de Janeiro, arrasada por grandes aludes de tierra.
La ciudad más afectada fue Teresópolis, 100 km al norte de Río de Janeiro, donde las autoridades elevaron a 122 los fallecidos en los barrios enclavados en la montaña, que durante la madrugada fueron devastados por ríos de agua y lodo.
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El balance de muertos fue aumentando en el día, a medida que los servicios de rescate fueron llegando a los barrios afectados. "La desgracia de Teresópolis no tiene tamaño", afirmó el secretario de Medio Ambiente de Río de Janeiro, Carlos Minc.
El área serrana de Río, con montañas de más de 2.000 metros, es una turística zona favorita de los cariocas que huyen del calor del verano playero, pero en unas pocas horas se transformó en un paisaje de destrucción y muerte con ríos desbordados, coches y casas arrastradas. "Nunca vi algo así, fue una película de terror: casas, coches fueron llevados por el torrente", dijo Ángela, una empleada doméstica de 55 años.
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Al menos 97 personas murieron en Nova Friburgo, y 18 en Petrópolis, de la misma región. El número de fallecidos "probablemente va a aumentar, porque hay muchas áreas a las que no hemos conseguido llegar todavía", dijo el secretario de Defensa Civil de Teresópolis, Flavio Castro.