Para pensar en el futuro hay que remitirse al pasado lejano, cercano o reciente. En los 53 campeonatos disputados Liga (Q) llegó a diez títulos, igual que Emelec pero menos que Barcelona y El Nacional (ambos trece). Más que Deportivo Quito (cuatro); Everest, Olmedo y Deportivo Cuenca tienen uno cada uno.

Revisando la ultima jornada, D. Quito se llevó el tercer lugar porque hizo un gol de visitante al Barcelona, que le propinó tres como local. Mucha gente no sabía que el gol de visita tenía esa importancia y ello le pesó a los toreros.

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Muy claro lo que pasó en Quito, los amarillos sí estaban aclimatados pero jugaron mal, que es otra cosa, porque ya venían técnicamente deficientes. En cambio los azules en la capital jugaron bastante bien, pero se les notaba el esfuerzo por llegar con claridad. El gol de Miller Bolaños en tiempo de adición fue producto de la falta de reacción de los defensas, responsables de su custodia.

La dirigencia torera ni corta ni perezosa ya anuncia cambios en el equipo. Hace bien, muy bien; ya era hora. El problema del ídolo era muy visible: había futbolistas que no sabían qué hacer con la pelota, aunque en el último partido luchó ‘a lo Barcelona’ en los últimos minutos, tanto que el arquero Daniel Viteri subió tres veces y se metió en el área contraria y el estadio se levantó como resorteado para terminar ovacionando al equipo. Pero no alcanzó.

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Por su parte, Emelec sometió a Liga, le ganó, pero tampoco alcanzó. Este asunto de la diferencia de goles, a mi juicio, debe revisarse. Otra cosa, hay que pensar un poco más eso de dos punteros (uno por cada etapa) porque si siempre un equipo costeño debe subir a la sierra será una desventaja anticipada. Claro, si los finalistas son de la misma región resulta lindo, pero por ahora, es “crónica de una derrota anunciada”.

La final de ida Liga-Emelec fue un bonito y agradable partido en Quito, ya lo describí superficialmente y fue superior al que se jugó en Guayaquil, porque en el Capwell se vio, en términos generales, a un solo equipo jugar y atacar: Emelec. Contra su habitual clase y técnica, Liga se refugió en defensa a ultranza y terminó bartoleando y pidiendo tiempo. Si fuera posible sumar los esfuerzos técnicos de Liga y Emelec en los dos juegos, los eléctricos fueron superiores, pero.... con la desventaja en madurez frente al buen equipo azucena.

Emelec fue el equipo que en el 2009 y 2010 sumó, al final de todas las etapas, la mayor cantidad de puntos y por el sistema de juego, quedó tercero en el 2009 y segundo en el 2010. Suena a injusticia.

Del caso Cheme-Chila, yo defiendo al jugador en tanto en cuanto se lo debe sancionar si es consciente de la gravedad, pero no mutilar con dos años su trabajo principal. Yo parto de la idea de que ese tipo de faltas, en la generalidad de los casos, es una increíble ignorancia de los que están haciendo el futuro trasgresor. Y eso corresponde, como dice el dirigente de Liga, Rodrigo Paz, a una “sociedad donde hay pobreza, miseria y desesperación”. De acuerdo. Creo que los jugadores deben denunciar a quienes los inducen al delito y para definir a los verdaderos culpables.

Pero no es menos cierto que si un dirigente llega a saber de la posible suplantación, en lugar de buscar arreglar sus papeles al infractor se queda callado, es una soberana tontería. De allí que me parece razonable que el club le pague una remuneración al jugador excesivamente castigado.

Es una lamentable conducta la de José Cevallos al insultar al cuarto juez Alfredo Intriago. Eso puede pasar en la calentura del partido, pero que haya acumulado rencor por 20 años es digno de un estudio de conducta. Quizás sea, pienso yo, que el buen meta albo quiso llamar la atención, porque la verdad en el juego, pasó inadvertido.

Termino por ahora y sigamos con el preludio de la danza de pases y contrapases y de las jeringas de que guerra avisada no mata gente.