La corrupción en el Registro Civil no es de ahora. Buscando una solución, el Municipio de Guayaquil creó en su momento un Registro alternativo. Pero en lugar de reconocer ese esfuerzo, el Gobierno, para no quedarse atrás políticamente, abrió una sucursal del viejo Registro, con más recursos pero sin desvincularlo completamente del viejo sistema de corrupción.

Ha pasado ya algún tiempo y es hora de hacer un balance. Recientemente se descubrió que el Registro Civil Nacional ha emitido casi medio millón de cédulas con datos falsos; que jefes terroristas encubrieron su identidad con ese sistema; que personal del Registro se prestó para cambiarle el nombre y la edad a una conocida personalidad del deporte; y ya sabíamos antes que un ex ministro de Gobierno poseía dos cédulas oficiales distintas.

El país no puede continuar así. Se requiere un plan inmediato para reestructurar el viejo Registro Civil. El Gobierno debe abocarse con urgencia a esa tarea, pero eso no se conseguirá si se continúa por el camino de la confrontación y se desdeñan las experiencias exitosas.