Delicado estado de salud de monseñor Luna Tobar

El arzobispo emérito de Cuenca, Luis Alberto Luna Tobar, de 86 años, se encuentra internado en una casa hogar para adultos mayores, ubicada en el sur de la ciudad y dirigida por la Fundación San José.

Según la presidenta de la Fundación, Cecilia Rodríguez de Paz, el estado de salud de monseñor Luna es delicado, porque tiene un comienzo de Parkinson; también se analiza si padece la enfermedad de Alzheimer, porque a momentos tiene lagunas mentales.

Pese a esto, está bastante bien y casi todo el tiempo permanece lúcido, explicó Rodríguez.

Agregó que está en una etapa de su vida en que quiere descansar, por eso la familia decidió restringir las visitas que “eran numerosas, era una verdadera invasión de curas, de monjas, de periodistas”. Cuando uno quiere a una persona no quiere exhibirla, sino que tenga confort, sostuvo.

Rodríguez señaló que por su cercanía espiritual con Luna Tobar, la familia de este la buscó a ella y decidió traerlo a Quito porque querían estar pendientes de su estado de salud.

Ahora lo visitan diariamente, algo que no podían hacerlo porque Luna residía en Cuenca. Además, porque requiere de atención médica las 24 horas y cuidado continuo que le entregan en esta casa hogar.

“Todavía hago mis travesuras”, expresó monseñor Luna Tobar, con su habitual sentido del humor, en entrevistas a medios televisivos.

En esta casa hogar se informa y sigue los acontecimientos del país. Incluso pide al presidente Rafael Correa “que tenga mucho cuidado con la espontaneidad con la que muchas veces actúa y sienta que todo el pueblo lo respalda, si él respalda al pueblo”. Tampoco deja de lado la lectura, que es una de sus pasiones.

El religioso estuvo 19 años al frente del Arzobispado de Cuenca. Desde ahí reivindicó a los movimientos y grupos sociales campesinos, indígenas y de trabajadores. Marcó distancias con los grupos tradicionales del catolicismo y fue su duro crítico. Comulgó con la teología social de la Iglesia.

El pasado 19 de septiembre monseñor Luna Tobar recibió un homenaje en Cuenca por su trayectoria religiosa y social.