EFE
Rosario, Argentina.- El ecuatoriano Liga Deportiva Universitaria de Quito logró ayer, con oficio y orden táctico, un valioso empate a 0 en su visita al Newell's Old Boys, en la ida de los cuartos de final de la Copa Sudamericana.
La formación rosarina dominó el partido en varios pasajes, pero no estuvo fina en las ocasiones que creó y quedó entrampada en un planteamiento visitante que neutralizó sus embates ofensivos, especialmente en los minutos finales.
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Un empate en Rosario y un viaje a la altitud de 2.850 metros de la capital ecuatoriana en el choque decisivo de la eliminatoria dejan en una situación comprometida al equipo rojinegro.
El conjunto quiteño mostró ambiciones desde la salida de los vestuarios al generar las mejores situaciones de gol en los minutos iniciales, y a los 6 Hernán Barcos malogró una posibilidad inmejorable para abrir el marcador.
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El partido tuvo intensidad en la zona media porque los ecuatorianos, con Néicer Reasco como estandarte, estaban dispuestos a adueñarse del protagonismo, mientras que el Newell's, al principio con errores y más tarde con criterio, se mostró interesado en dejar marcada la propiedad del campo.
El equipo que dirige Roberto Sensini, firme con las gestiones de los medios Diego Mateo, Marcelo Estigarribia y Mauro Formica, debió dedicarse, una vez conseguido el objetivo primario, a romper la telaraña tejida por los visitantes, cargada de argumentos tácticos.
El Newell's generó varias aproximaciones al gol y la más clara fue la del punta Iván Borghello a los 36m, que remató desviado en las narices del meta José Cevallos, habilitado por un fallo posicional de Jorge Guagua en un extremo del campo.
REACCIÓN DE LIGA
Un dominio local cada vez más acentuado atenuó el poder de reacción de Liga de Quito, que comenzó la segunda parte varios metros retrasado en el campo en relación a cómo había planteado el partido en el arranque, con los argentinos Barcos y Luna permanentemente abastecidos y en franca posición de ataque.
El portero Cevallos tapó un remate franco de Sperdutti al cumplirse media hora de juego, momento en el que el Newell's comenzaba a perder precisión y claridad al quedarle por delante menos tiempo para construir una ventaja en el marcador que le despreocupara de los efectos de la altitud en el choque de vuelta.
Media docena de situaciones claras para anotar creó el Newell's en el último cuarto de hora de juego, pero no era su noche y quedó ahora en una delicada situación.