AFP
SAO PAULO.- Dilma Rousseff, una ex guerrillera y enérgica ministra de 62 años, es la primera mujer en alcanzar la Presidencia del país más poderoso de América Latina, Brasil.

De temperamento explosivo, lo que le valió el apodo de Dama de Hierro de la política brasileña, Dilma ascendió de la mano de su padrino, Lula, para quien actuó como Jefa del Gabinete Ministerial (2005-2010).

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"Estoy en un gobierno, en un país en el que ningún hombre asume sus posiciones. Soy la única mujer, y la única persona en Brasil, dura, cercada por hombres suaves", afirmó entre risas Rousseff, al explicar su fuerte temperamento.

Su eficiencia en la administración y su capacidad política llevaron a que Lula la considerara el mejor nombre del Partido de los Trabajadores (PT).

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En el 2009, Rousseff fue diagnosticada con cáncer linfático, aunque luego de su tratamiento en septiembre de ese año los médicos la consideraron curada.

Nacida en diciembre de 1947, Dilma tiene una hija, Paula, y un nieto, Gabriel, que nació a principios de septiembre. Se divorció del padre de Paula, Carlos de Araújo, tras 30 años de matrimonio estable, pese a las dificultades impuestas por la prisión de ambos en el último régimen militar (1964-1985). De joven integró dos grupos armados clandestinos opositores a la dictadura militar, el Comando de Liberación Nacional (Colina) y la Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares, aunque su grado de participación en acciones armadas es aún motivo de polémica.

Arrestada en Sao Paulo en 1970, fue condenada inicialmente a seis años de prisión pero fue liberada en 1972. Sufrió torturas para que revelara nombres de otros militantes.

Anoche, en su discurso lloró por varios momentos.