Un ventilador apuntaba al féretro. Su ruido rompía el silencio, la muestra de la consternación de familiares y amigos de Pedro Mendoza Bazurto, de 28 años, que ayer lo despedían en su velatorio y luego en su sepelio, aquí en su tierra natal, después de que fue rescatado sin vida de la mina Casa Negra, ubicada en Portovelo (El Oro), donde permanecía desaparecido desde la madrugada del viernes de la semana pasada.