Trece muertos y 224 heridos, algunos de ellos de gravedad, fue el primer balance que el Gobierno hizo ayer del cruento operativo de rescate efectuado en el hospital de la Policía, donde permaneció por once horas el presidente Rafael Correa, y del descontrol delictivo sufrido en los barrios de Guayaquil, por la protesta policial.
El informe, no obstante, no presenta la situación de provincias como Manabí, donde hubo otras seis muertes violentas, al parecer vinculadas con desbocadas acciones delictivas.
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Entre las víctimas fatales de la batalla entre uniformados ocurrida en el hospital (donde ayer se constató gran cantidad de impactos de bala en su infraestructura) dos eran policías, uno militar y otro estudiante universitario.
En Guayaquil, los muertos eran civiles, caídos por la falta de vigilancia policial. A los innumerables saqueos registrados en el Litoral se suman al menos 24 robos grandes en Guayas, Manabí, El Oro, Esmeraldas, Santa Elena y Azuay.