EFE
BOGOTÁ.- La ex candidata presidencial colombiana Íngrid Betancourt, rehén de la guerrilla de las FARC por más de seis años, relata en su libro No hay silencio que no termine que su compañera de secuestro Clara Rojas planeó su embarazo en cautiverio y aunque no identifica al padre de su hijo da pistas sobre él.

El diario El Tiempo de Bogotá reseñó ayer  partes del texto de Betancourt, que será presentado mañana en 14 países y en seis idiomas, y en el que narra los más de seis años secuestrada.

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Íngrid y Rojas fueron binomio presidencial en las elecciones del 2002, año en que las FARC las secuestraron el 23 de febrero en una selvática zona del sur de Colombia y desde entonces la amistad se deterioró.

Íngrid narra en su libro que ella se  dió cuenta de que Rojas había perdido interés en huir porque, según le explicó, "ya no quería escapar porque quería tener hijos... Y el esfuerzo de la huida podía perturbar su capacidad para concebir".

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Añade que en una visita del jefe guerrillero Joaquín Gómez al campamento donde estaban las dos rehenes, él le contó que había recibido "una inusual" petición de Rojas reivindicando "sus derechos como mujer".

"Habla de su reloj biológico y dice que no le queda mucho tiempo para convertirse en madre", añade.

Agrega que intentó disuadir a su compañera de secuestro haciéndole ver "lo que sería la vida de un recién nacido en condiciones de precariedad, y sin saber si las FARC accederían a liberarlo". Sin embargo, Rojas quedó embarazada de un guerrillero, tuvo su hijo algunos meses en la selva y luego le fue arrebatado y dado a campesinos en una zona rural. El niño fue hallado y llevado a Bogotá para ser atendido en su salud.

Betancourt no identifica al padre de Emmanuel, como fue bautizado el bebé, pero dedica un capítulo a "un amistoso guerrillero con el nombre de Ferney", al que varias veces vio escondido con Rojas.

Rojas, libre desde el 2008, ha señalado que fue "una quijotada y una flagrante estupidez" seguir a Íngrid cuando fueron plagiadas en febrero del 2002.

Íngrid además dice que la sociedad colombiana "es despiadada y está enferma de ira".