Debo aceptar que cuando me ofrecieron probar la H1 de Hyundai, mis emociones no se alteraron para nada, de hecho, la idea no me entusiasmaba en lo más mínimo. Tengo que ser sincero, esto se debía sencillamente a un prejuicio de no pensar jamás en tener una Van y la costumbre de probar autos y SUV recién salidos del horno.