Sakineh Mohammadi Ashtiani, de 43 años, podría morir hoy lapidada en la prisión de Tabriz, en Teherán, según denunció su hijo Sajad, de 22 años.
El Vaticano señaló en un comunicado emitido desde Castelgandolfo, la residencia estiva de Benedicto XVI, a 27 kilómetros de aquí, que la intercesión ante el gobierno de Irán es realizada “por vía diplomática y no públicamente”.
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Ambos Estados mantienen normales relaciones diplomáticas, con un nuncio apostólico (embajador) en Teherán que representa a la Santa Sede.
El caso conmueve al mundo porque la cruel sentencia de lapidación significa que la mujer, acusada de adulterio, será apedreada hasta la agonía y después recibirá un disparo en la cabeza.
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La condena a muerte por adulterio por parte de un tribunal de la capital iraní fue dictada aunque las relaciones ilegales con dos hombres de las que fue acusada Sakineh, fue confirmada pese a que según el mismo juez habrían sido mantenidas después de la muerte de su marido.
Sakineh se encuentra en la prisión de Tabriz de Teherán desde hace cuatro años. Ya recibió 99 latigazos según la ley coránica y el tribunal habría dictaminado una nueva condena similar después que una falsa foto que la identifica sin el velo islámica fue publicada por un diario londinense, que hoy reconoció su error.
El canciller italiano, Franco Frattini, dijo hoy que "es necesario un gesto de clemencia" para salvar la vida de Sakineh.