Con asombro vi y escuché un reportaje de televisión donde a cada rato repetían –como una hazaña majestuosa– que un grupo de personas de la provincia de Santa Elena (en Manglaralto) mata gallinazos para comerlos porque la carne es medicinal; según ellos, cura un sinnúmero de enfermedades desde el sida hasta el cáncer.
Todo se debe a la viveza criolla del líder del grupo que pregonaba que había cazado 611 gallinazos con los que ha preparado deliciosos platos, y que les había dado de comer a grandes personajes. ¡Pobre gente. No sabe que los gallinazos son animales carroñeros (comen carroña) y que su función es disminuir la contaminación que produce la materia orgánica al descomponerse!
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Debemos respetar la vida de los buitres de América ya que son buenos recicladores de los desperdicios orgánicos que encuentran en las montañas de basura. Estas aves ayudan en la naturaleza, caso contrario recibiremos un mayor castigo de contaminación ambiental.
De muchos de los males nosotros somos los culpables, por lo que debemos orientar al hombre sobre lo que es una adecuada alimentación humana, y para que no cause daño al ecosistema matando y consumiendo carne de gallinazo.
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Habrá personas que vieron y escucharon la noticia bomba sobre el gallinazo, y motivadas se sumarán a la matanza o a consumir su carne porque creen que les dará fuerzas y curará enfermedades. Con esto extinguirán al gallinazo, zopilote o buitre americano, o iribú. Su nombre científico es Coragyps Atratus. Este animal se reproduce de uno a dos huevos, y el gallinazo que nace primero elimina al segundo.
Las autoridades del medio ambiente y las personas conscientes deben tomar medidas urgentes, como son campañas en defensa animal, y de higiene y salud.
Miguel Uyaguari Vera,
profesor, Guayaquil