REUTERS-EFE
ASUNCIÓN.- El presidente paraguayo, Fernando Lugo, dijo ayer que regresaba de Brasil renovado y con energía para reasumir sus funciones, tras el inicio de un tratamiento contra un cáncer linfático que, según aseguró, no interferirá con sus obligaciones como mandatario.

Lugo bajó sonriente y caminando del avión de la Fuerza Aérea Brasileña que lo trasladó desde Sao Paulo, recibió el saludo del Vicepresidente y sus ministros, y advirtió a la población que "no esperen ver a un presidente decaído, débil, sino a uno renovado y con energía".

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Además, recalcó que no habrá restricciones al desarrollo de la agenda del gobierno y reafirmó que está en condiciones de completar su mandato constitucional, que termina el 15 de agosto del 2013.

Con esas expresiones, el gobernante salió al paso de legisladores opositores, como el titular presidente del Senado y del Congreso, Óscar González, quien dejó entrever una eventual sucesión "si es que Lugo se va a hacer un tratamiento que le imposibilite gobernar".

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La Constitución prevé un relevo directo por el vicepresidente y la convocatoria a elecciones para elegir al sustituto del segundo Ejecutivo, si el cambio ocurre en los primeros tres años del mandato; mientras que, si se produce en los últimos dos años, es el Congreso el que lo designa.

El Mandatario de 59 años fue sometido el jueves a su primera sesión de quimioterapia en el Hospital Sirio-Libanés para tratar un linfoma No Hodgkins que se extendió a una zona ósea, pero que sus médicos aseguran es altamente curable.

"El cuadro es controlable y reversible, y hacia allí apunta la estrategia", dijo el Presidente, quien lucía un abrigo azul y tenía una bandera paraguaya alrededor del cuello.

Las próximas cinco sesiones de quimioterapia las recibirá en Paraguay los fines de semana. Ayer sus seguidores organizaron un Festival por la Vida y la Democracia, en su apoyo.