“Caranqui siempre tuvo privilegios. No muchos lo pudieron ver pero se sabía que tenía computadora, teléfono, televisor plasma, refrigeradora, trago y hasta caja fuerte”, contó un interno, cuya identidad se reserva por su seguridad, que conoció a Óscar Caranqui en el pabellón A del penal García Moreno.