Patricio Coba
ingeniero, Santa Elena.- Las palabras "la Península es para los peninsulares", causan mucha controversia y lo más grave es que da tristeza saber que este tipo de políticas distancian más aún las diferencias fomentando comportamientos discriminatorios que en Ecuador, país hermoso, no merece que sean difundidos ni se usen para gobernar.

Creo en mi corazón cristiano, que la función primordial de un presidente, líder máximo de un país, es la de unir a los ciudadanos en un espíritu de amor, respeto y confraternidad. Como quiteño yo podría decir que "Quito es para los quiteños" y que todos aquellos de origen foráneo, no tendrían lugar allí. Pero en mi naturaleza va mi respeto y cariño para mis coterráneos. Esta práctica no es saludable ni para quien la profiere, ni para el que la recibe.

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Es muy controversial que por un lado se expongan los planes  "del buen vivir", "Ecuador sin barreras", "La patria ya es de todos", etcétera, pero en la práctica se pronuncien expresiones discriminatorias que no sustentan lo que se proclama. No puedo comprender cómo se desea construir así un país.

En el mundo esta clase de práctica nociva ha causado grandes calamidades. Estoy radicado en la península de Santa Elena, sin ser peninsular doy empleo a una persona peninsular, le pago más de lo mínimo establecido por la ley, la tengo afiliada al IESS, pero al saber que la "Península es para los peninsulares", mejor migraré a otra provincia donde yo sea apreciado.

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Patricio Coba,
ingeniero, Santa Elena