La crisis económica y la subida de los fertilizantes e insumos derivados del petróleo, en varios países, no han permitido que el sector bananero cuente con los recursos suficientes para reinvertir en sus plantaciones, por lo que se ha notado una baja en la productividad y un desequilibrio nutricional.

 Así lo explicó el costarricense José Parra, doctorado en química de suelos, en un evento sobre nutrición en bananeras que organizó Ecuaquímica esta semana en el hotel Oro Verde de Guayaquil.

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 Para el experto, una manera de ahorrar dinero es utilizar los mismos desechos de la plantación, y para dar ese equilibrio dio una fórmula que ayudará a la recuperación de la planta y mejorar ostensiblemente los rendimientos.

Como norma general, a una plantación de banano se le deben poner de 350 a 400 k de nitrógeno por hectárea al año; 25 a 50 k de fósforo; 600 a 700 k de potasio; 300 k de calcio; de 50 a 75 k de magnesio; de 25 a 50 k de azufre; 14 k de zinc si se aplica al suelo, 2 k si es foliar y boro de 4 a 6 k si es al suelo y 2 si es foliar, explicó el técnico, y que esto debe hacerse por hectárea cada año.

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Si se deja de fertilizar ahora, la cosecha en dos años tendrá menor producción; si bajan los insumos y costos, igual disminuye la producción, agregó.

 Magno Sánchez, gerente de banano de Ecuaquímica, explico que, por ejemplo, una bananera que produce 1.800 cajas, cuando deja de fertilizar puede bajar su productividad hasta el 50%, en Ecuador.

Indicó que el país tiene un gran potencial productivo pero que no hay cultura de hacer buenas prácticas sobre todo en el tema nutricional.

“Podemos seguir siendo un país muy competitivo, aumentando los rendimientos, pero faltan recursos para invertir y tecnología”, recalcó Sánchez.

Actualmente en Ecuador se están exportando alrededor de 4 millones de cajas semanales, cifra que ha bajado por las bajas temperaturas, variación climática y la sigatoka negra, dijo el técnico.

En otros años se han exportado 5 millones de cajas y se calcula que se puede perder el 15% de la producción por los parámetros de calidad, agregó.

Guido Artavia, asesor técnico para México, Centroamérica y el Caribe de la empresa Miller, indicó que para lograr eficiencia en las plantaciones de banano es importante dejar de lado el exceso académico y retomar algunas prácticas perdidas.

Explicó, por ejemplo, que cuando una fertilización está expuesta al suelo, sin protección, los bananeros pierden dinero ya que con la lluvia los fertilizantes se lavan y no surten efecto, ante lo cual una buena práctica es aprovechar el residuo que queda en la plantación de los tallos y las hojas de cosechas anteriores, que se convierten en materia orgánica, y colocarlo en la base de la planta junto con programas de ácidos húmicos, para que cada kilo que se aplica se aproveche en el 70%.

Según Artavia, de esta forma se puede aumentar la eficiencia hasta en el 30% en la plantación y se preserva el suelo.