En el fútbol los resultados son impredecibles. Inglaterra decepcionó con una presentación mediocre ante Argelia. Los equipos europeos todavía no muestran toda su fuerza.

En la tribuna Presidencial del Estadio de Green Point en Ciudad del Cabo, apoyando a su equipo, vi a los príncipes Guillermo y Enrique, herederos de la corona británica. En el que ha sido su primer viaje juntos. Ellos realizan un recorrido por el África austral, visitando también organizaciones de protección ambiental y programas de caridad auspiciados por ellos.
 
Los dos jóvenes vestidos muy formalmente con ternos oscuros y corbata, estuvieron constantemente acompañados de su guardaespaldas, muy atento vigilante desde el asiento detrás a ellos.

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Sin perder la compostura, los príncipes siguieron con atención el partido y en el intermedio disfrutaron de un buffet típico de comidas inglesa y algeriana, junto a los demás invitados especiales. Después del decepcionante resultado de empate sin ganador, se fueron.
 
William preside la Federación Inglesa de Fútbol, y los dos hermanos también apoyan la candidatura de Inglaterra como sede del Mundial de Fútbol del 2018.

Sentado junto al equipo técnico, David Beckham siguió el partido con frustración e impotencia de no poder estar en la cancha y ser quien marcara un gol para festejo de su selección.

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Antes del partido, Beckham visitó a Nelson Mandela y al Arzobispo Desmond Tutu, ganadores ambos del premio Nobel de la Paz.

El inglés se sintió muy afortunado por conocerlos. Ofreció aportar económicamente a la labor de bienestar infantil del Centro de Paz Desmond Tutu.

Beckham recalcó que se sentía muy afortunado por haber logrado lo que había alcanzado en su vida personal y devolver en obras al prójimo era importante para él.