Hoy se recuerda un aniversario más de la batalla realizada en las faldas del Pichincha el 24 de Mayo de 1822. Con el triunfo de los patriotas liderados por Antonio José de Sucre, sobre las tropas realistas que comandaba el general Aymerich, quedó sellada para siempre la Independencia de las provincias que formaban la Real Audiencia de Quito, origen de lo que hoy es nuestra República.
Es un buen momento para asumir el día como una fiesta de la libertad, que hoy significa mucho más que la independencia frente a poderes externos, es la conquista continuada e ininterrumpida de todas las libertades individuales y colectivas, propias de la dignidad de seres humanos, consignadas en nuestra Constitución y en muchos documentos internacionales, el más importante de los cuales es la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
No debemos olvidar que todos y cada uno de nosotros somos actores en la conquista progresiva de nuestras libertades y en su defensa, como personas y como nación y, sobre todo, que hoy la concepción de libertad está muy unida a los conceptos de justicia e igualdad.