Manuel Toro
QUININDÉ, ESMERALDAS.- El deslizamiento de un cerro en Chucaple, cantón Quinindé, que afectó tuberías del oleoducto y poliducto, ha sido superado por técnicos que aún continúan trabajando en la zona.
El deslave no solo afectó las tuberías sino también a los propietarios de las fincas aledañas, adonde Petroecuador ingresó maquinaria para reparar los daños y evitar la ruptura de los ductos.
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Gustavo Dueñas Palma, propietario de una finca, manifestó que en su predio las pérdidas fueron cuantiosas, pero aspira a que se llegue a un arreglo.
Dueñas mostró fotografías de los daños causados a los sembríos, a las cercas de alambre de púas y la contaminación del suelo por efectos del uso de combustible de las máquinas que ingresaron.
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En el lugar del deslave ya no se observa la cantidad de vehículos ni de obreros como se vio la semana pasada. Sin embargo, el ingreso al lugar es más complicado.
Dentro de la propiedad se observan árboles de teca caídos, cuerpos de gallinas en descomposición que, según los propietarios del predio, murieron al contaminarse con residuos de combustibles.
Los técnicos de Petroecuador que laboran en la zona se negaron a dar declaraciones, pues aducen que la versión oficial tiene que venir desde Quito.
Mientras, los trabajadores de la compañía Herdoíza-Crespo, que amplía la vía Esmeraldas-Quinindé a cuatro carriles, dijeron que de seguir las lluvias los deslizamientos continuarían, aunque las precipitaciones han cesado desde hace diez días.
Moradores de la zona indicaron que no se oponen a los trabajos, pero reclaman por qué ingresó maquinaria en predios privados sin autorización.