Basta subir a uno de los autobuses de la Metrovía para percatarse de la paranoia que afecta a la mayoría de pasajeros.

Las mujeres con fuerza abrazan sus carteras y algunas guardan sus celulares en sus pechos, los hombres ocultan los relojes en sus camisas y cambian sus billeteras del bolsillo trasero de sus pantalones, al momento de entrar a las unidades.

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Los que viajan con maletas o bolsos los colocan entre sus piernas, como Vicente Morán, un digitador que se traslada todos los días de Bastión Popular hasta el sur de la ciudad. “Llevo todos mis documentos en una maleta para que no puedan meterme la mano al bolsillo”, comenta el usuario, quien hace dos meses fue víctima de un carterista en la estación del Banco Central, en las calles Pedro Carbo y P. Ycaza, en el centro de la ciudad.

Recuerda que el robo ocurrió alrededor de las 19:40 cuando subió a un autobús en medio del tumulto de las personas que pugnaban por salir e ingresar del articulado. “Cuando logré ingresar y el bus arrancó, me percaté de que mi billetera ya no estaba en mi bolsillo”.

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Al igual que Morán decenas de pasajeros encuestados aseguran haber modificado sus hábitos por malas experiencias o los continuos comentarios sobre la presencia de asaltantes dentro de los articulados.

Muchos pasajeros reconocen algunos de los modus operandi de los ladrones y hablan de que son bandas de hasta cinco integrantes que se suben a los carros a robar. “Dos o tres mujeres se encargan de distraer al pasajero, mientras que otra lo despoja de su celular y billeteras”, dice un usuario.

Otros hablan de cómo los antisociales usan navajas de afeitar para rasgar los bolsillos y apoderarse de las billeteras; y que los robos en los buses alimentadores que recorren zonas periféricas de la ciudad son más frecuentes.

Inés Valdivieso, empleada de la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG), asegura que en una ocasión sintió cómo introducían la mano en su cartera y logró retirarla a tiempo, pero no pudo identificar al ladrón porque el articulado iba lleno.

Autoridades preocupadas
El asunto no es desconocido para las autoridades. Federico von Buchwald, presidente de la Fundación Metrovía, reconoce que en los últimos meses las denuncias de robos dentro de los autobuses han aumentado, aunque dice que no posee estadísticas completas de las quejas, pues lamenta que sean pocas las que llegan a conocer.

Esto debido a la supuesta desconfianza que los ciudadanos sienten en la administración de justicia. “La gente perdió la esperanza de un reclamo por un tema de estos, porque la misma ley protegía a los delincuentes”, expresa Von Buchwald, al referirse sobre la última corrección que se hizo en la Asamblea a la cuantía mínima del hurto que se realizó en marzo pasado, cuando se redujo el monto para que un hurto sea considerado una contravención al 50% de la remuneración básica unificada, esto es 120 dólares.

Augusto Aguirre, presidente del consorcio Metroquil, también conoce de los asaltos y coincide con el presidente de la fundación Metrovía sobre la problemática judicial, a la vez que admite que es poco lo que el consorcio puede hacer aparte de la vigilancia privada en las paradas de la Metrovía, que es pagada por el Municipio.

Mientras, la presidenta de la Corte de Justicia de Guayaquil, María Leonor Jiménez, negó que la actuación de los jueces tenga que ver con la supuesta falta de confianza en la justicia y lamentó que “la Función Judicial sea el chivo expiatorio de los males sociales” y responsabilizó a las leyes.

“Las leyes tienen que ir de la mano del nivel de desarrollo social y si estamos sufriendo un aumento del delito y viendo conductas nuevas que no están tipificadas, la ley debe apresurarse para reformarse”, explica la magistrada, quien deplora que el Código de Procedimiento Penal vigente esté lleno de parches. “Es un laberinto y el juez no puede apartarse de la ley y es eso lo que la gente no sabe”, puntualiza.

Policía inicia operativos
Juan Ruales, jefe de Policía del Guayas, revela que a partir de la próxima semana se asignarán uniformados para el control de los articulados y paradas.

La decisión se toma luego de varias reuniones mantenidas con los directivos de la fundación Metrovía, entre ellos su presidente, quien señala que el plan de seguridad será presentado en los próximos días y aunque Ruales prefirió no revelar detalles de operativo, Von Buchwald adelanta que otorgará tarjetas a los gendarmes para que tengan acceso a las paradas y autobuses sin ningún costo.

Las víctimas: Testimonios sobre robos en articulados
Mary Orellana
Ocupación: Estudiante universitaria de la Universidad Católica de Guayaquil.
Caso: Fue asaltada dentro de un autobús de la Metrovía.
Empujan para robar
“Un día hacía unas diligencias por la Universidad Estatal y subí a la Metrovía en la parada, cerca de las 12:00. Luego, tres personas se subieron al articulado en la estación de la Ferroviaria, empujando a la gente, pese a que la metro no venía llena.

Como en todos mis recorridos llevaba mis auriculares puestos y sostenida con una mano y con la otra abrazando mi cartera, estos tipos me empujaron y perdí el equilibrio y solté la cartera por un instante, la música dejó de sonar y cuando me di cuenta mi teléfono celular había desaparecido.

Empecé a decir en voz alta que me habían robado y cuando llegamos a la estación de la Universidad Católica bajé y busqué al guardia para que detenga al ladrón, pero la Metrovía cerró las puertas y él pudo escapar”.

Eddy Castro
Ocupación: Empleado de la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG).
Caso: Sufrió el hurto de su celular en una parada.
Se aprovechan del tumulto
“Hace un mes, a las 08:00, me dirigía a mi trabajo en la CTG y aguardaba un articulado de la Metrovía en la parada de la Florida Norte. Como pasaban llenos, dejé que dos autobuses siguieran su camino, pero debido a la premura del tiempo tuve que subirme en el tercero pese a que estaba a reventar. Sin embargo, en el momento en que los pasajeros que venían en el autobús salieron para quedarse y yo me disponía a subir, cuatro tipos salieron del autobús empujando a toda la gente que se les cruzaba y quedé dentro de una maraña de empujones y ajetreos, y sentí cómo unas manos se metían en mi bolsillo, pero no pude hacer nada más que proteger mi billetera. Cuando el autobús cerró las puertas me percaté de que me habían robado mi celular, y los ladrones habían escapado”.

Textuales: Alarma en la Metrovía
Federico von Buchwald
Presidente fundación Metrovía
“Vamos a preparar videos para que los pasajeros sepan cómo cuidar sus pertenencias en los articulados”.

Juan Ruales
Jefe de Policía del Guayas
“La gente debe poner de su parte para no descuidar sus pertenencias. Los ladrones se aprovechan de eso”.

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