Los desastres naturales que se han ido suscitando no son otra cosa que la naturaleza expresándose. Ella es la colosal víctima de la contaminación que le ocasionamos. Derrumbes, terremotos, maremotos..., los tenemos a la orden del día. Fuerza sin medida posee aquella víctima emancipada en el planeta. Pide sin duda respeto a su espacio y cuidado.

Nadia Amaya,
Guayaquil