El Presidente revolucionario de Bolivia, en el cierre de la cumbre en contra del calentamiento global, manifestó que comer pollo produce un calentamiento hormonal en el hombre y supuestamente en las mujeres, y el resultado es ser gay.
Se me erizan los pelos. Todos comemos pollos; bueno, no todos, porque el pueblo que ya no tiene trabajo y ni para comprar pollo tiene, de manera que no debe de preocuparle a este. Según el pensamiento del Presidente de Bolivia, la Tierra está a punto de convertirse en Sodoma y Gomorra, y el infierno es lo que nos espera.
Da risa y coraje que el perfil de un gobernante de cualquier país revolucionario del siglo XXI, emita frases que serán recordadas seguramente en el libro de los grandes absurdos.
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Fernando Rivera P.,
economista, Guayaquil