AP-EFE
VILLAVICENCIO, COLOMBIA.- Josué Daniel Calvo, un soldado de 23 años en cautiverio desde hace casi un año, se abrazó ayer a sus parientes tras ser liberado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Calvo fue capturado por las FARC en abril del 2009 y en la jornada fue entregado por las guerrillas a una comisión humanitaria encabezada por la senadora Piedad Córdoba y del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
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El soldado fue recogido en un punto de la selva no revelado, por razones de seguridad, y en un helicóptero militar de Brasil, país garante del operativo, trasladado a Villavicencio, en el departamento de Meta. A las 13:11 el helicóptero Super Cougar brasileño aterrizó en el aeropuerto de Villavicencio.
Ayudado por un palo que le servía de bastón, Calvo, de 22 años, bajó del helicóptero por su propio pie sin necesitar la silla de ruedas que lo esperaba a las puertas de la aeronave, debido a que fue herido en combate en una pierna cuando fue secuestrado.
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Sonriente y emocionado, el soldado se estrechó en un abrazo con su padre, Luis Alberto, su hermana Nubia y su tía Gladys, entre los aplausos de allegados, periodistas y miembros de Colombianos y Colombianas por la Paz (CCP).
Córdoba dijo que en el sitio de la entrega había muchos guerrilleros, así como gente de pueblo. Destacó que los rebeldes le dijeron que sí tienen los restos óseos de un mayor de la Policía muerto en cautiverio en el 2006, pero que por dificultades en la movilidad no podían entregarlos de inmediato.
Con la entrega de Calvo y mañana del sargento Pablo Emilio Moncayo, uno de los que mayor tiempo de cautiverio tiene –supera ya los 12 años–, las FARC, según ha dicho Córdova, detendrían las liberaciones unilaterales y reactivarían su vieja demanda de negociar con el gobierno un intercambio de rebeldes presos y entregar a una veintena de militares y policías que siguen retenidos.
El presidente Álvaro Uribe reiteró ayer que solo autorizará un intercambio de rehenes por guerrilleros presos, si estos se comprometen a no regresar a la insurgencia.
Aseguró que “el gobierno no se opone al acuerdo humanitario”, pero reiteró que “siempre y cuando no sea para devolverles delincuentes a las FARC”.