Si se pregunta cuál es el plato típico, nadie sabe qué responder en Ponce Enríquez.

Esto se debe a que en este cantón azuayo, ubicado a 190 km al occidente de Cuenca, la mayoría de sus 10.000 habitantes está formada por ascendientes de colonos de distintas partes que llegaron hace casi 100 años atraídos por la minería.

Algunos dicen que la carne asada, otros los cebiches y caldo de gallina; pero en lo que no hay discusión es en la bebida: ahí coinciden en el chocolate, producto derivado del cacao, cuyo cultivo toma auge en la zona.

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El fino aroma del cacao, una especie de la fruta que se exporta hace una década desde este cantón, llena el ambiente en las casas, cuando cada miembro de la familia descansa de sus tareas cotidianas para compartir una taza de chocolate espeso y caliente.

Esta identidad por el cacao motivó a los productores, desde hace un lustro, la necesidad de organizarse para que los exportadores valoren su trabajo.

Allí nació la Cooperativa Integrada de Asociaciones de Ponce Enríquez (Ciatpe), que aglutina a 240 socios, que exporta a Europa y EE.UU.

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Pero no todo fue fácil. Los problemas surgieron en un cantón que por años prefirió la minería a la agricultura, señala René Pozo, director de Planificación de la Municipalidad, que hace cuatro años ejecuta un plan de desarrollo local.

“Quienes vendieron sus terrenos para la minería ahora intentan recuperarlos, porque esa actividad no dejó los réditos que esperaban”, asegura Pozo.

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“El uso y el abuso de químicos y fertilizantes en el pasado, sumado a la falta de políticas de Estado para capacitar a los agricultores y apoyarlos con créditos para impulsar su trabajo, pone en riesgo la producción”, asegura Mercy Reyes, técnica de la cooperativa.

A eso se suma el problema, según Reyes, de que varios países caribeños empezaron a cultivar cacao de aroma, lo que provoca competencia en el mercado internacional y, por consiguiente, la caída de los precios, situación que no podrán soportar.

Por ello, ven como alternativa que el Estado beneficie con créditos a los productores de cacao de la zona.

Pero ante ese difícil panorama, los cacaoteros no desmayaron en iniciativas. Por ello decidieron en los últimos meses apostarle al turismo.

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Patricio Sánchez, alcalde del cantón, califica como una fortaleza de esta localidad a la diversidad de actividades de la población y los recursos naturales como aguas termales en diferentes sectores de esa zona, además del clima cálido, para impulsar el turismo.

Para ello se implementa la Ruta del Cacao, como parte de un proyecto ecoturístico. Al momento se estudia un circuito turístico que se inicia en el centro cantonal y desde allí los turistas pueden movilizarse en camiones tipo chiva.

Tras seis kilómetros de recorrido a lo largo de la vía a Guayaquil, se puede llegar a la comunidad Nueva Esperanza, donde los habitantes se dedican a la venta de jugos de caña, coco y carnes asadas, donde el turista puede tomar un refrigerio.

Pero también hay otras alternativas a través de vías terciarias, que permiten observar el cielo despejado o los atardeceres multicolores que juegan con el verdor de la naturaleza, en medio de los cacaotales.

En uno de los caminos se puede llegar a la comunidad La Adelina y luego, a menos de un kilómetro, a La Florida.

En esos trayectos se pueden observar los cauces de los ríos Blanco, Chico, Balao y Cañas, que poseen balnearios custodiados por guías de la comunidad, que además ofrecen caminatas y cabalgatas a las zonas montañosas.

Al final de esa ruta está el complejo turístico Agua y Tierra, de la familia Gutiérrez, que utilizaron el verdor de la finca y sin mayor intervención levantaron cabañas de estilo shuar, con capacidad para 50 personas. Allí el atractivo es la vertiente de agua termal con bondades curativas y una piscina.

A lo largo de la ruta se oferta el chocolate de la Asociación de Agroproductores Shumiral, Ashumira, en presentación granulada y en barra, que se exporta en pequeñas cantidades.

Al momento los asociados tramitan el registro sanitario y la patente del producto.

En un futuro inmediato se analiza la posibilidad de visitar la planta industrial Ashumira, donde se capta la producción de los cacaoteros, en el centro de la comunidad Shumiral.

Azuayas: Ponce Enríquez
Aniversario
Hoy Ponce Enríquez celebra ocho años de cantonización.

Hospedaje
El costo de hospedaje en La Florida es 12 dólares por persona, incluido el desayuno.

Actividades
El 60% de la población depende de la minería y el resto está vinculado al cultivo de cacao, banano y frutas.

Atractivos
Entre sus atractivos están el río Gala, termas y cavernas en Shumiral y Shagal.