AP
TEGUCIGALPA.- La periodista Karol Cabrera, que ha sido víctima de dos atentados en menos de tres meses, se declaró ayer asilada política y se negó a salir de un hospital militar de esta capital donde convalece de heridas a bala. "De aquí nadie me sacará, solo para irme del país" dijo.

"Los médicos me dieron de alta hace 15 días luego de operarme y decidí quedarme en este hospital como asilada política hasta que me vaya del país, porque los seguidores del ex presidente (Manuel) Zelaya me han advertido que me matarán al salir", añadió. Ella no dio nombres. Los partidarios del destituido Zelaya han rechazado esa versión.

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"Una bala me destrozó el hueso del brazo izquierdo, donde me instalaron siete tornillos y una platina", aseguró. "Y si me sacan del hospital, me instalaré en las afueras en una tienda de campaña para no irme de aquí", añadió. Cabrera, de 42 años, aclaró que el presidente Porfirio Lobo me ha ayudado en todo lo que necesito.

"Me van a matar. Me han llamado a mi celular para decirme: la próxima vez no te salvas, perra. Entonces, ¿por qué el gobierno no me protege?, se preguntó la reportera que posee el programa de noticias y comentarios 'El Angel de la Controversia' en la emisora privada Radio Cadena de Noticias y otro en el canal estatal 8.

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Es una férrea defensora del golpe de Estado que derrocó a Zelaya el 28 de junio del 2009. El ex presidente de facto Roberto Micheletti responsabilizó por el primer atentado a los partidarios de Zelaya, sin presentar pruebas.

En el segundo atentado a la periodista, el 1 de marzo, dos pistoleros dispararon al automóvil en que viajaba Cabrera, matando a su chofer y a su colega Joseph Ochoa. Los hombres atacaron desde un automóvil cuando ella se dirigía a su residencia en Tegucigalpa y su vehículo subía una empinada carretera. En ese mismo sitio dos motociclistas dispararon en diciembre del 2009 contra el automóvil de Cabrera, quien resultó ilesa, pero murió su hija de 16 años con ocho meses de embarazo.

En marzo, tres periodistas fueron asesinados en circunstancias similares, mientras las autoridades aún no aclaran esos delitos.

Según el último informe de la SIP, en Honduras no han desaparecido todas las circunstancias que rodearon a la crisis política surgida desde junio de 2009 cuando el entonces presidente Manuel Zelaya fue derrocado, situación que provocó una fuerte represión contra los medios de comunicación y amenazas e intimidaciones contra periodistas de parte de grupos de simpatizantes de los dos bandos en conflicto.