El viernes pasado la lluvia matutina impidió que jugara tenis, deporte cuya técnica mejoró en Estados Unidos, donde vive desde hace cuatro años. Allá, el padre Vicente Agila Maldonado es el vicario parroquial de la comunidad Santa Cecilia, en Houston, donde enfatiza su labor pastoral en la consejería de parejas. El sacerdote, de 42 años, hizo un paréntesis para visitar a los suyos en Ecuador.
Ausente hace dos años se lo ve de contextura gruesa, fornido, lejos de la delgadez que mostraba cuando era párroco de la parroquia Nuestra Señora de la Buena Esperanza, en La Atarazana, 18 años atrás. Hasta el 2006, cuando partió a EE.UU., también ejerció la vicaría de Santa Elena e integró el staff de presentadores de ‘En Contacto’, de Ecuavisa, donde también condujo el talk show Senderos.
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Dice que se mantiene saludable acudiendo al gimnasio y jugando tenis, disciplina por la cual desplazó al fútbol y a la que escogió por conveniencia.
“Es más sencillo buscar a uno que a once”, dice con hilaridad. Ahí muestra su sonrisa que inspira confianza, a creer en sus consejos. Un sello aún inalterable, con los que muchos lo identifican. Probablemente sucedió con la joven en el aeropuerto, a su arribo a la ciudad, el 11 de marzo pasado. “Padre, abráceme. Yo estuve en la guardería de La Atarazana”.
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El padre Agila recuerda este pasaje. También sus años en la televisión local, donde sus consejos, su imagen, llegó a masas. Allá en Houston participa los domingos con consejería en la TV Azteca, pero la pantalla no es su prioridad sino terminar una maestría en psicología.
Explica el evangelio en su estilo “muy gráfico”, de comparaciones cotidianas. “La Cuaresma empieza en la cabeza, con el Miércoles de Ceniza, y termina en los pies, con el lavatorio de los pies en la misa del Jueves Santo. Pero no termina en los pies propios sino en los del otro, sirviendo al otro”, expresa.
Para Agila hay convicciones que son irrenunciables. Así sustenta que la fe es cuestión de convicción, no de emoción, no de sentimientos. “Los sentimientos no anulan la razón”. Es parte de su lectura del caso del padre Alberto Cutié, descubierto que mantenía un romance.
“Si él se dio cuenta que no podía cumplir con su promesa del celibato, podía hablar con su obispo y pedir una dispensa”.
Desde hace dos años, Agila lleva adelante un proyecto de curso prematrimonial. Las parejas participantes responden un cuestionario de 200 preguntas que dan la pauta de qué aspectos hay que trabajar para llevar adelante el matrimonio.
“Por ejemplo, compatibilidad, destrezas para resolver problemas, economía, sexualidad, espiritualidad, influencia de la familia”, dice. Agila explica que como él no sabe qué es la vida de pareja, se sirve de la experiencia de matrimonios que ayudan a los novios.
Perfil: Vicente Agila
Edad: 42 años
Profesión: Sacerdote. Ordenación, 30 de mayo de 1991.
Estudios: Seminario Mayor Nuestra Señora de la Esperanza, Ibarra. Psicología clínica en la Universidad de Guayaquil, entre otros.
Cargos en Ecuador: Párroco de Nuestra Señora de los Remedios, Florida Norte; San Juan Diego, Prosperina; Señora de la Buena Esperanza, en La Atarazana; vicario episcopal de Santa Elena, vicario pastoral juvenil. Miembro del Colegio de Consultores de la Arquidiócesis y del Consejo de Presbíteros. Hizo 4 programas de TV y 3 en radio.
Textual
“En qué beneficia tu ayuno si el dinero ahorrado por no comer no lo das en obras de caridad. El ayuno debe tener un impacto social”.