Estamos hartos de escuchar apodos, insultos, cantinfladas; ver que se contorsiona y lanza risotadas porque imita, veja, humilla, se mofa, burla de las personas a las que toma como “enemigas” porque no siguen sus mismos pensamientos.
No sintonicemos más las insultaderas sabatinas, desdicen del cargo de quien las pronuncia. ¿Reunir al pueblo en un “informe semanal” para escuchar palabrotas o que se burle de la nariz de alguien y lo apode “Michael Jackson”? ¿No hay temas graves del país que tratar y dar a conocer cómo los ha resuelto o resolverá? ¿Así se enseña el respeto entre ecuatorianos?
Pilly García,
Guayaquil